La aventura nos llama, nos insita y el corazón palpita con cada aventura que la vida le presenta. No hay más opción que entregarnos al dulce y suave canto del desdén donde la armonía de nuestros paisajes se encuentra con el grato vaivén de la adrenalina. (marzo 2006)
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Eaaa, mis abuelos viven en Zimapán, hubiera sabido antes, hubieras tenido hospedaje gratis jeje.
Oye cómo sigue tu cabeza, nomás de ver la cortada me dolió.
Saludoooos
buh!!!
Post a Comment